sábado, 20 de abril de 2013

LA ALIMENTACION EN LOS PRIMEROS AÑOS

En el primer año de vida se pueden distinguir tres periodos en los que la alimentación debe tener características diferentes. Salvo casos especiales, en los 3 primeros meses la lactancia materna debe ser exclusiva. Del cuarto mes al octavo la alimentación debe ser mixta, insistiendo en la lactancia materna, pero también en alimentos molidos e higiénicos.
 

La lactancia materna

 
El mejor alimento para el niño durante el primer año de vida o por lo menos para los primeros 8 meses, es la leche materna
 
Las ventajas de la alimentación al seno materno son las siguientes:
  • Nutre mejor, porque su composición es muy adecuada para las épocas tempranas, no sólo por sus nutrimentos, sino también por varios otros aspectos, como la concentración de minerales y el tipo de grasas.
  • Reduce la exposición a bacterias y otros contaminantes, puesto que la leche materna es estéril y el niño la toma directamente.
  • Proporciona al niño anticuerpos que lo protegen de enfermedades infecciosas.
  • El contacto con el cuerpo de la madre contribuye al bienestar psicológico del recién nacido.
  • Los cólicos son menos frecuentes, porque la leche materna es de fácil digestión.
  • Favorece que la madre pierda la grasa acumulada durante embarazo, y le ayuda a que la matriz recupere más rápidamente su posición y tamaño original.

Alimentación inicial

Se debe dar preferencia a los alimentos ricos en vitaminas A, C y hierro, porque son escasos en la leche materna y desempeñan funciones importantes en el desarrollo. Los alimentos más recomendables son las frutas y las verduras preparados en forma de jugos y purés.
 

La alimentación mixta

Esta etapa de la alimentación infantil comprende de los 4 a los 8 meses de edad. Durante este período se proporcionan alimentos en forma de papillas formulados con varios alimentos, complementándose con la alimentación al seno materno asegurando por lo menos cinco tetadas al día.
 
Las combinaciones de alimentos que se deben proporcionar son frutas, verduras y cereales con leguminosas o tubérculos. Se insiste en el valor de los tubérculos, como la papa y el camote, (en el trópico hay yuca); también cocidos y molidos se pueden combinar con otros alimentos, como la leche o el huevo, dando lugar a productos de agradable textura para el niño.En México existe la práctica muy difundida de agregar miel de abeja a los alimentos infantiles. Esta práctica no es recomendable dado que puede estar contaminada, en exceso puede irritar la mucosa gástrica e intestinal. Otro inconveniente es que es alergénica.
 
A los ocho meses de edad el niño ya está listo para incorporarse a
la dieta familiar.
 

Incorporación a la dieta familiar

Esta etapa de la alimentación infantil comprende de los 8 a los 12 meses de edad. Se caracteriza porque la leche materna ya no es la base, sino un complemento, aunque todavía importante, en la alimentación del niño. Al igual que en la etapa previa es importante realizar una buena combinación de alimentos, sea entre los de origen vegetal, como cereales con leguminosas y tubérculos, pero sobre todo con los alimentos de origen animal para garantizar una buena nutrición infantil.
 
En general se recomienda que el niño se familiarice desde esa edad con una alimentación idónea: variedad de verduras y frutas, cereales y leguminosas combinados, junto con productos animales como carnes huevos, leche y sus derivados.
 
Se insiste en que no se proporcione a los niños demasiada leche en biberones, sobre todo con la técnica de ponerle “todo al biberón”, como huevo, azúcar, grasas, etc., porque se propicia obesidad. Desde los 3 años pueden aparecer cifras altas de colesterol, que después son difíciles de controlar. Se recomienda no dar excesivas cantidades de azúcares, golosinas, helados, leche batida con mermelada y crema, mantequilla, cajetas, mayonesas. Estos alimentos tienen altas concentraciones de energía pero escasos nutrimentos.
 
Como las necesidades calóricas del preescolar son bajas, también se le pueden aplicar los principios  e la dieta idónea, que se describen a continuación. Si en cada comida se consumen dos raciones de frutas y verduras y una de un producto animal, su aporte a la nutrición es proporcionalmente mayor con respecto al consumo total energético.

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